Aunque discreto respecto a sus vecinos inmediatos, (Alto Los Leones y Juncal), el cerro Yeguas Heladas constituye una interesante opción de ascensión de alta montaña en la cordillera de la V Región.
Informe de excursión.
Objetivo Cerro Yeguas Heladas
Altura 4.771 m.s.n.m
Ubicación V Región, zona de Río Blanco.
Ruta Flanco noroeste por Cajón de Polvaredas
Fecha 5 al 8 de diciembre de 2009
- Posición geográfica (coordenadas)
- Latitud Sur 32-58-03
- Longitud Oeste 0-08-32
- Primera ascensión absoluta
- Fecha 31.12.1942
- Participantes E. Kremer, H. Wünsche
- Ruta Noroeste (Acceso Polvareda)
Integrantes
- Max Bonetti
- Gonzalo Canovas
- Line Gylling
- Jorge Hess
- Eduardo Jofré
- Viviana Miño
- Gabriel Muñoz
- Alvaro Vivanco
- Juan Pablo Yánez
Antecedentes:
Aunque discreto respecto a sus vecinos inmediatos, (Alto Los Leones y Juncal), el cerro Yeguas Heladas constituye una interesante opción de ascensión de alta montaña en la cordillera de la V Región.
Quienes lo observen desde la Vega de Nacimiento en el valle del río Juncal, notarán que su escarpada cara este no ofrece más opciones de escalada que algunas retorcidas y empinadas líneas de hielo y roca de considerable exposición, por las que muy pocos se han atrevido.
Hacia el interior del valle, un gigantesco canalón de nieve se proyecta desde la base misma del cerro hacia el sur, y conduce directamente hasta el Portillo del León, portezuelo que lo separa de su vecino Alto los Leones y deja ad portas de la congelada porción suroeste del cerro a todos quienes opten por esta alternativa .
Existe sin embargo una opción más abordable desde el Cajón del Río Polvaredas, al cual se accede desde la localidad minera de Saladillo, un poco más al sur del pueblo de Río Blanco.
En el fondo de este Cajón, a unos 12 kilómetros de distancia al este de Saladillo, el cerro nos ofrece un rostro más amable y presenta una rápida vía de ascenso de escasa dificultad y exposición por su vertiente norte.
Esta opción requiere una excursión de al menos 3 días, y fue la escogida por el grupo para realizar la actividad.
Existen datos de cordadas que en la década del 50 lograron la cumbre ascendiendo desde el Valle del Río Leones. Esta alternativa hoy es impracticable dada las restricciones de acceso impuestas por la minera estatal.
Día viernes 4 de diciembre.
Al final del día, 9 personas salimos desde Santiago con dirección al refugio DAV de Río Blanco, al cual llegamos luego de un par de horas de viaje. En este lugar pernoctamos con la idea de partir muy temprano el sábado.
Día sábado 5 de diciembre.
Tal y como habíamos acordado, a las 07:00 AM comenzamos los preparativos. Distribución de la carga, preparación de los daypacks y revisión general de equipo. En esta última etapa Álvaro nota que ha dejado sus crampones en Santiago.
Se intentó conseguirlos en la Escuela de Montaña del Ejército y en otros lados….sin éxito.
Así las cosas, nos dirigimos a la casa de don Luis Ayala, cuyas mulas cargarán nuestro equipo durante los próximos 4 días. En ese lugar dejamos los bultos.
Eduardo, quién cabalgará junto a los arrieros, nos va a dejar a todos en su camioneta hasta la entrada del sendero, evitándonos 40 minutos de caminata por el pavimento de la ruta que va hacia la minera estatal.
Siendo las 11.15 AM comenzamos finalmente la marcha. (1.557 mts.)
Inicialmente, la huella recorre en suave ascenso y con dirección sureste el bosque que cubre la ladera. La superficie es de “trumao”, una tierra muy fina, por lo que el polvo que se levanta al transitar es considerable. Durante la marcha encontramos en varios puntos unas estacas de madera pintadas de colores que evidencian trabajos relacionados con la minera. De hecho, toda la zona está intervenida por torres de alta tensión, ductos, estanques de agua y otros elementos que afean el entorno.
Luego de unos 20 minutos de caminata, quedamos ubicado justo bajo la entrada al Cajón de Polvaredas, detrás de una piscicultura existente en el lugar. Desde este punto la huella gana rápidamente altura por la empinada ladera ubicada a la izquierda del río, para finalmente dejarnos en una estrecha garganta de roca con bastante vegetación, y desde donde el río adquiere gran velocidad en su abrupto descenso hacia la localidad de Saladillo.
Pasados 45 minutos desde que partimos, nos detenemos algunos minutos bajo la generosa sombra de un árbol. Se realizan algunas llamadas telefónicas aprovechando la disponibilidad de señal, algunos se hidratan, y otros consumen dulces y galletas. Hacia el este, ya se puede apreciar claramente la primera parte del Cajón de Polvaredas que comienza a ensancharse paulatinamente.
Continuamos avanzando en suave pero constante ascenso, la ruta es áspera y se camina con cuidado. Cruzamos una curiosa puerta metálica que evita que los animales bajen al valle. En algunos puntos, restos de botellas, latas y fogatas acusan la regular presencia de humanos en este lugar. Cerca de las 12:30 decidimos hacer otra pausa y nos detenemos en un agradable y fresco bosque, a un costado del estero Polvaredas, en donde descansamos y almorzamos.
Rato más tarde, y al mismo tiempo que reanudamos la marcha, somos alcanzados por los arrieros, Eduardo y las 4 mulas con la carga.
El valle gira ahora suavemente hacia el sureste, al fondo, podemos apreciar una enorme cascada que ocupa todo el ancho del cajón, y que presenta unos 100 metros de caída sobre el inclinado granito. La cascada se supera por la izquierda, y aquí la huella que nuevamente gana rápidamente altura, serpentea inmediatamente bajo unos enormes farellones de roca aún nevados, que de tanto en tanto y dado el calor existente, provocan algunos ruidosos desprendimientos que exigen atención al grupo.
Una vez arriba de la cascada, vemos con agrado que el valle se aplana y avanzamos prácticamente a cota, sin ganar mucha altura. Más adelante cruzamos un gran puente de nieve, ya que la huella ahora va por el lado sur del río.
Al fondo, ya es posible observar por primera vez la inconfundible silueta del Alto Los Leones.
Poco más adelante y luego de unos 30 minutos más de marcha, accedemos a una amplia explanada (2.850 mts.) ubicada justo frente a la entrada de un valle que se proyecta hacia el norte, y donde se pueden apreciar entre otros los cerros Becker y Rafael Saavedra, que forman parte del Cordón Halcones.
Para llegar a esta explanada debemos nuevamente cruzar el Río Polvaredas, cosa que hacemos montados en los caballos de don Luis Ayala, al no existir aquí un puente de nieve.
Promediando las cinco de la tarde y aún con el sol en alto, procedemos a instalar nuestro primer campamento en un sector plano, salpicado de enormes rocas que otorgan protección a nuestras coloridas carpas.
Día domingo 6 de diciembre
Amanece algo nublado, sin embargo el sol se hace ver y no hace frío ni hay viento. Así lo anunciaban todos los pronósticos climáticos revisados antes de nuestra partida. Tranquilamente desayunamos y desarmamos el campamento, no hay prisa, la jornada por delante es breve y tal vez la más relajada en los 4 días de excursión.
A las 10:00 AM y luego de entregar nuevamente la carga a los arrieros, partimos con rumbo al final del Cajón de Polvaredas, en donde hemos planificado montar el campamento base. Avanzamos rápidamente esta vez por el norte del estero, casi a cota, sin subir mucho y con rumbo sureste, hasta montarnos sobre un enorme nevero que hace las veces de puente de nieve, y que nos conduce a la orilla sur para retomar la huella que seguíamos el día anterior.
Al cabo de una hora de marcha alcanzamos un sector llamado “El Codo”, aquí el Cajón gira bruscamente hacia el noreste y comienza nuevamente a ganar altura. Avanzamos media hora más hasta llegar al punto en que el manto de nieve cubre totalmente el valle. Junto a unas grandes rocas, decidimos esperar a las mulas, en caso de que estas no puedan avanzar más.
Estamos a 3.000 mts y está más helado, las nubes cubren totalmente el cielo pero no hay amenaza de mal tiempo. Esperamos unos 20 minutos y aparecen finalmente las mulas. Para sorpresa nuestra, estas y los arrieros continúan avanzando sobre la nieve dura con rumbo al fondo del valle, al cual llegan a eso de las 12:30 junto al resto del grupo. Elegimos una isla de tierra en medio de la nieve para instalar el campamento, está emplazada a 3.250 metros sobre el nivel del mar y cerca del arroyo. Luego de descargar, y de dejar coordinada la hora de recogida para el martes 8, los arrieros regresan al primer campamento.
Hacia el este y cerrando el Cajón de Polvaredas dominan el paisaje los cerros Halcón Alto y CACH Valparaíso, este último con sus características cumbres gemelas.
Por el norte el Portezuelo Halcones, donde el cerro Gimnástico y la cumbre P4210 se ven totalmente nevados, mientras que hacia el oeste, distante, se divisa el cerro Tuquito.
Inmediatamente al sur tenemos a nuestro objetivo, se aprecian con claridad las dos posibles rutas que habíamos estudiado previamente en fotos, mapas y google earth. Se escogería la ruta verde, más lógica y de menor exposición, y que al momento de la excursión está totalmente cubierta de nieve.
Son 1.520 mts de desnivel a superar, por lo que estimamos la jornada de ascenso en unas 5 a 6 horas. Se define las 04:00 AM como hora de salida.
Día lunes 7 de diciembre
Poco más tarde de lo previsto, a las 04:15 AM comenzamos a movilizarnos en medio de la despejada noche. Sólo Álvaro permanece en el campamento esperando partir más tarde. La luz de la luna contribuye y casi no se requiere las linternas frontales. Hace frío pero no tanto, para algunos, una primera capa y un softshell bastan, complementados con sendas balaclavas y guantes de doble capa. Las chaquetas de plumas dentro de las mochilas nos aseguran no pasar frío durante los descansos.
Al principio se avanza a paso firme sobre nieve dura recorriendo unos 400 metros al este desde el campamento, acto seguido se empalma con un nevero de engañosa pendiente que se debe remontar hacia el sur, por el costado izquierdo de la cascada que cae desde el plateau superior. Una vez sobre el plateau, la amplia pista de nieve está completamente despejada y se proyecta hacia la ancha canaleta que se aprecia hacia el suroeste del cerro.
Pocos metros antes de enfrentar esta canaleta que ostenta una exigente y pronunciada pendiente, hacemos un segundo alto para comunicarnos por radio con Alvaro, quién ya viene en camino. En este punto Gabriel y Jorge deciden detenerse y esperar mientras el resto del grupo continúa el ascenso.
Rato después y ya en plena canaleta, se realiza un último contacto radial con Alvaro, quien informa que regresa al campamento, en virtud a la dureza de la nieve y de la considerable pendiente que hace la progresión sin crampones definitivamente peligrosa.
El segundo tramo de la canaleta, que conecta con el portezuelo, exige al grupo, es relativamente extenso aunque la perspectiva indique lo contrario, y la pendiente es fuerte durante todo el trayecto.
Finalmente, una banda de rocas recortada contra el azul del cielo nos anuncia su término, y el comienzo del glaciar, en donde la pendiente definitivamente disminuye y el sol ilumina por fin nuestros helados cuerpos.
Ya en el portezuelo, vemos en toda su magnitud el glaciar norte, que está totalmente cubierto de nieve compactada y no se advierten grietas ni rimayas, la superficie es suave y consistente, con total ausencia de penitentes.
Hacia el sur y sobre el glaciar, emerge de forma surrealista el torreón del Alto Los Leones.
Unos 750 mts en línea recta nos separan desde el portezuelo a la cumbre, que se aprecia claramente hacia el este sobre un filo rocoso que se empina sobre el glaciar. El desnivel a superar en este último tramo se estima en 350 mts.
Cerca de las 10:30 AM llegan a la cumbre los primeros excursionistas, Viviana, Line, Juan Pablo, Max y Gonzalo, son recibidos por un frenético grupo de nubes danzantes que se mueven velozmente. Tres cuartos de hora más tarde hacen su llegada Gabriel y Jorge.
El día es luminoso y la atmósfera diáfana, un leve viento no inquieta, y una salpicada y dispersa capa de nubes de tonos grises y blancos se ubica a unos 300 mts sobre nuestras cabezas.
La vista es infinita hacia los 4 vientos, y la lista de cerros y cumbres visibles es interminable. En la cumbre el GPS de Gabriel indica 4.776 mts.
Bajo las piedras, y dentro de un tarro oxidado encontramos un testimonio del año 2001 (Un pequeño libro y una bandera Chilena), el cual a su vez indica haber bajado otro del año 1984.
Dejamos la tarjeta de visita de Jorge con los nombres de todo el grupo, envuelta en plástico junto a un lápiz de mina azul, todo dentro del mismo tarro, y se baja el librito dejando la bandera.
La cumbre es rocosa y extremadamente expuesta hacia el este, por lo que se recomienda desplazarse con suma precaución.
A mediodía iniciamos el regreso por la misma ruta de ascenso, que exige máxima concentración y una buena técnica de marcha especialmente en el tramo de la canaleta. A pesar del sol, la nieve no ha perdido consistencia lo que hace un poco más complicado este tramo de la bajada.
Sin mayores complicaciones, a las 15:30 estamos todos instalados en el campamento. Algunos conversan y cocinan, otros aprovechan para dormir siesta y los más intelectuales leen.
Día martes 8 de diciembre
Luego de una relajada noche, comenzamos lentamente con las actividades en el campamento, son las 07:00 AM y hay que tener todo listo para las 10:00, hora acordada con el arriero para el retiro de la carga.
El día está completamente despejado, sin embargo hace frío. El cerro Halcón Alto impide que los cálidos rayos solares nos lleguen directamente a esa hora de la mañana.
Puntualmente llegan don Luis y sus mulas, viene acompañado esta vez por su hijo y un amigo, quienes subieron ese mismo día, muy de madrugada desde Río Blanco.
Mientras cargan los animales, a las 10:15 AM iniciamos el retorno al refugio DAV de Río Blanco, al que llegamos sin novedad promediando las 15:30 PM, bajo un moderado calor.
Una vez en el refugio, y a la espera de los animales de carga, aprovechamos de ducharnos, cambiarnos de ropa, almorzar e hidratar. Finalmente llega la carga, pagamos lo acordado al arriero y emprendemos el regreso a Santiago.
Resumen
Muy entretenida excursión a un poco visitado sector. Durante nuestra visita, registramos varias posibilidades de rutas a algunos cerros del Cordón Halcones y comprobamos que se puede realizar una interesante travesía de trekking desde el Valle del Juncal hasta Saladillo, o viceversa, vía Portezuelo Halcones sin mayores problemas en unos 3 días.
La ruta escogida al cerro Yeguas Heladas se recomienda para el período entre octubre y diciembre, cuando las condiciones de nieve son las óptimas y aseguran un rápido y seguro desplazamiento.
A pesar de que se llevó equipo técnico (Cuerda, estacas, tornillos, etc..) solo fueron necesarios crampones, piolet y casco.
El itinerario antes descrito es el más relajado. También es posible completarlo en 3 días, pero para eso se debe partir muy temprano la primera jornada.
- Tiempos utilizados, con mochila liviana.
- Saladillo – Campamento 6 horas
- Campamento 1 a Campamento 2. 2,5 horas
- Campamento 2 – Cumbre – Campamento 2. 11 horas
- Campamento 2 – Refugio DAV Río Blanco. 5 Horas
- Alturas
- Inicio de la ruta en Saladillo. 1.546 mts.
- Campamento 1. 2.850 mts.
- Campamento 2. 3.250 mts.
- Portezuelo canaleta-glaciar. 4.420 mts.
- Cumbre 4.771 mts.
Más fotos se pueden ver acá: Galería de Fotos Yeguas Heladas